sábado, 13 de diciembre de 2008

Otra entrada sobre la crisis




Fotografía cortesía de pfala

Crisis, crisis, crisis.... en los medios de comunicación, ya sean los informativos, la radio, los periódicos o en Internet, día a día no nos encontramos más que con un montón de cifras, ya sean las del número de parados, la de trabajadores afectados por los numerosos Expedientes de regulación de empleo, el PIB, el Euríbor, la inflación... Sabemos de sobras que la cosa está mal pero, ¿y qué hay de las causas?

Podríamos decir que comenzó más o menos a partir del año 2007, en EEUU, por culpa de la crisis de las hipotecas subprime. Básicamente, se trata de hipotecas a mucho riesgo, basadas en préstamos concedidos a los llamados “ninja” en inglés. Es un acrónimo de la expresión “no income, no job, no assets”, es decir, sin ingresos, trabajo ni propiedades. En definitiva, gente que muy probablemente no sería capaz de pagarlas, pero en el caso de que lo hicieran permitirían a los bancos ganar mucho dinero por los intereses que tenían pensado cobrarles. ¿Y qué impulsó a los bancos a hacer tal cosa? Pues bien, en el año 2003, la Reserva General de EEUU había bajado el interés del precio del dinero a un 1% para prevenir la deflación (un descenso general del consumo), lo cual significaba menos beneficios; de ahí que les interesase conceder numerosas hipotecas.

Obviamente los tipos de interés fueron subiendo, concretamente a partir de 2004, pero hasta 2006, con los primeros impagos, no empezó a cuestionarse el sistema. A los famosos ninjas se les habían concedido hipotecas “baratas”, pero con el aumento de los intereses el pago final fue subiendo a unas cantidades de dinero que no podían asumir. El problema es que esos créditos hipotecarios basura fueron utilizados por los bancos para prestarse dinero unos a otros, algo muy natural en este mundo globalizado.

Los bancos se dieron cuenta de que nadie sabía a ciencia cierta quién era de fiar, quién no le estaba ofreciendo unos créditos contaminados, dado que muchas veces se mezclaban en bonos hipotecas subprime y otras de menor riesgos. De ahí que ahora tengamos una contracción del crédito: las entidades bancarias no se prestan dinero entre sí, no hay suficiente liquidez para cubrir los impagos, y por ello imponen unas condiciones tan dudas a los ciudadanos que necesitan dinero.

No sólo los bancos habían utilizado las hipotecas subprime como fondos de financiación. Había empresas que habían comprado acciones de entidades inmobiliarias e hipotecarias como Fannie Mae y Freddie Mac. A su vez, otras compañías habían invertido en las primeras, y otras en aquellas. De ahí que cuando el banco Lehman Brothers se declaró en quiebra por los impagos de sus clientes y el Gobierno de EEUU se negó a prestarle su ayuda se produjese una reacción en cadena.

Las empresas, que ya no podían pagar sus deudas con beneficios de acciones (no valían nada) o préstamos bancarios (no se los concedían), vieron que la gente compraba menos, así que bajaron la producción y despidieron a los trabajadores que no les fueran necesarios para ahorrar costes. De nuevo esto influye en el resto de la economía porque, primero, los parados compran poco y, segundo, porque también descienden las ventas de los proveedores, que hacen exactamente lo mismo que sus clientes. Y si estamos hablando de un pequeño negocio muy dependiente de la situación económica de otros, lo más probable es que cierre.

Tanto Europa como EEUU han tratado de tomar distintas medidas para, por lo menos, evitar que la situación empeorase, ya fuera bajando los tipos de interés o nacionalizando ciertas entidades. Sin embargo, algunas iniciativas no han estado exentas de polémica, como el intento de compra por parte de EEUU de los activos tóxicos por valor de 700.000 millones de dólares (que, por supuesto, salían del bolsillo de los contribuyentes) . A finales del pasado noviembre la Reserva Federal estadounidense rectificó y decidió que destinaría 800.000 millones a los bancos para que estos empezaran a conceder préstamos de nuevo y al impulso del consumo. Asimismo, a través de reuniones como la del G-20 se está tratando de coordinar la acción de los distintos países.

En España a la situación internacional (y tenemos una gran dependencia de capital extranjero) se le ha sumando la explosión de nuestra propia burbuja inmobiliaria. Muchos de los nuevos desempleados provienen del sector de la construcción y otros relacionados. Además, en principio la banca española no se ha visto afectada por la crisis de las hipotecas subprime, y muchos organismos internacionales alaban los controles del Banco de España. Sin embargo, la mayoría de las cajas de ahorros (que controlan gran parte de los depósitos en España) tenían inv

ersiones en el sector de la construcción y también ha concedido préstamos a gente de menores recursos, mileuristas sin ir más lejos, u otros de empleos más bien inestables o que se han visto perjudicados por la situación económica. Sin embargo, no hay que estar tan seguros de la solidez de nuestros bancos. Sin ir más lejos, recientemente se ha descubierto que dos posibles víctimas del fraude perpetrado por Bernard Madoff son BBVA y Santander.




La fotografía de Wall Street ha sido tomada por Tomás Fano

No hay comentarios: